Como hacer lo que yo hago

VII Parte- compañeros

 

La mejor parte de ser misionero es trabajar con otros misioneros. La parte más difícil de ser misionero es trabajar con misioneros.

 

Esto es extraño, pero es verdad. El tener un compañero es similar a como estar casado. ¡La relación puede ser muy intensa- después de todo estamos preocupados por la eternidad de la personas!

 

La cuestión mas difícil esta alrededor de el territorio. A mi pensar el discutir acerca de quien puede trabajar y en donde es completamente sin sentido. Es como si un hombre esta descargando dos toneladas de arena den un camión con una pala. Alguien más pasa caminando y ofrece ayuda. Va usted a decir, “¿No gracias, este es mi camión de arena?” eso es una locura. Aun así yo veo esa actitud regularmente.

Entre mas trabajo en la comunidad, mas me doy cuenta que solo estamos raspando la superficie de lo que debe ser hecho. La gente necesita del Señor. ¡Y no están yendo a la iglesia! Por lo tanto debemos llevar la iglesia a ellos.

 

Cuando comienzo a poner junto un grupo para una misión, una de las preguntas que escucho es, “¿Pero que pasa si dos equipos de diferentes iglesias llegan a la misma hora? ¿A donde irán los niños?” eso presume que habrán muchas personas que querrán trabajar en la comunidad. No las hay.

 

¿Recuerda como compare el ejercito regular y las fuerzas especiales? Hasta ahora los miembros de la iglesia son ejército regular. Ellos están satisfechos con ir a un servicio de adoración una vez a la semana. La idea de ¡Llevando la iglesia a las personas!  Es completamente desconocida para ellos.

 

Los  operativos de campo se reconocen entre si. Nosotros no estamos tan preocupados con denominaciones a como con evangelismo y discipulado. El problema con la competición no ocurre al nivel voluntario, pero si con organizaciones.

 

Algunas personas dicen que yo soy “la persona mas intensa que ellos han conocido.” Podría ser verdad. Yo le doy un nuevo sentido a la palabra “pasión.” Me doy cuenta de lo que me hace bueno, me hace malo. La misma intensidad que me permite empujar la esquina del sobre, también empuja a irse a las personas. Creo que por eso hacen chocolate y vanilla. Yo soy un misionero empresarial. Yo soy  “el abridor de latas.”

Soy la persona que “va donde ningún hombre ha ido antes.” Al mismo tiempo me doy cuenta que no puedo hacer este trabajo por mi solo. En la actualidad estoy trabajando con Campus Crusade, Youth with a mission, The family Heritage Foundation, Friends of Refugees, Kids and Teens 589, Me and My house, The Atlanta Youth Project, Youth for Christ, y The North American Mission board. Así mismo con más de una docena de grandes  iglesias evangélicas alrededor del área metropolitana de Atlanta. Aun dudo en escribir la lista, porque no he incluido a todos mis compañeros. Pero usted ya entiende  el flujo de esto, trabajo con MUCHAS organizaciones.

 

No hay manera de expandir el trabajo sin expandir su equipo. Si usted va a uno de los más de 50 complejos de apartamentos en donde he trabajado, usted no vera mi nombre por ningún lado – excepto por el contrato de renta. Estoy feliz de ser secretamente famoso, a pesar de que es difícil después de haber sido nombrado, “misionero del año” por NAMB.

 

En pocas palabras yo no soy lo fundamental- ¡Cristo lo es!  Adopte un espíritu de humildad y preservara su ministerio.

 

Déjeme darle un ejemplo. Hace como un año atrás hubo una persona que me llamo y quería que le diera una gira alrededor de nuestro trabajo. Pase un día con ellos, les explique nuestros métodos y estrategias e hice que empezaran en una de nuestras mejores locaciones. Tenia una magnifica relación con el administrador.  Había equipado completamente la misión con material de escuela, mesas, sillas, computadoras y voluntarios regulares.

 

Esta persona comenzó una 501(c) 3 una organización sin ánimo de lucro. Ellos decidieron que esta era “su misión”, detrás de mi espalda hablaron con el administrador e insistieron que el contrato de renta fuese cambiado bajo el nombre de su ministerio.

 

Cuando el administrador me llamo para dejarme saber lo que estaba aconteciendo me quede horrorizado, pero me guarde mis sentimientos para mi mismo. Yo no quería que el administrador sintiera que los cristianos se están peleando entre si mismos. ¿Que tipo de representación esa iba a dar? Discutí esto con unos cuantos compañeros míos. Ellos estaban indignados y me dijeron, “tienes que cortar de raíz esta situación. No puedes dejarte quitar la misión. ¿Que pasa si otros grupos empiezan a hacer lo mismo?”

 

Mi amigo si usted no escucha algo diferente, por favor escuche esto: ¡la edificación del reino no es competencia! Estas no son sus misiones, sino las de Cristo.

 

Una de las cosas que más he aprendido es a tener paciencia. Yo soy una de las personas más agresivas, impacientes de las que usted quisiera conocer. Y aun así he aprendido a esperar. Estaba preocupado de que este ministerio no iba a durar, que esta persona renunciara y el trabajo tendría que parar. Mientras pensaba en la situación, me tuve que preguntar cual seria la parte mas baja. Si ellos no pudieran ser capaces de hacer lo que pensaban podían, ¡ALABEN AL SEÑOR! Si no podían, entonces yo saldría al paso.

 

En el primer año habían logrado hacer la mayoría de lo que habían prometido. Desafortunadamente, la iglesia que estaba situada enfrente de nosotros, que me estaba ayudando directamente en la misión paro de hacerlo. Aun yo siento gran alegría en el éxito de su misión, aun sabiendo que no era una de “mis” misiones. Porque no era mi misión. ¡Es la del Señor!

 

Ahora de un vistazo a esto—al mismo tiempo que esto estaba aconteciendo, yo estaba empezando un nuevo trabajo en otra área en donde tengo compañeros. Ya había hablado con ellos acerca de lo que estaba haciendo. Sin embargo, uno de mis compañeros empezó a tener malos pensamientos con respecto a mí. Ellos me percibían a como si yo estaba tomando “su” trabajo en “su” ciudad. Yo era culpable de la misma cosa que me hacia enojar. Las misiones están llenas de ironía.

 

La clave para un compañerismo que tenga éxito es esto: ¡mantenga las líneas de comunicación abiertas! El maligno se deleita en crear tensión. Hable abiertamente sus problemas: limpie el aire. Simplemente hablar acerca de la situación resuelve la mayoría de los malentendidos.

 

Tan pronto me di cuenta que uno de mis compañeros estaba frustrado conmigo, programe una reunión con el para platicar. Yo escuche, y di marcha atrás en el comienzo de esa misiónEs más importante preservar sus relaciones más que “su” territorio. ¡Tenga paciencia!

 

Con Dios en nuestro lado vamos a vencer juntos. Con el tiempo esta locación se convirtió en el símbolo de nuestra sociedad. Un hombre Hindú se convirtió en el nuevo administrador y la nueva misión no ha fructificado hasta este día. Pero nuestra sociedad esta más fuerte que nunca.

 

La unidad es belleza.

 

El padre me ha hablado claramente acerca de esto. Hay muchas personas que nunca han escuchado las buenas nuevas. ¿Tiene algún sentido pelear con otros misioneros del ejercito de fuerzas especiales?  ¿Contra quien estas peleando? ¿Son ellos unos de los “buenos”?

 

He encontrado orgullo al ser el centro de la guerra espiritual detrás de las líneas enemigas.  ¿Estamos nosotros mas preocupados en alcanzar las almas perdidas o en construir nuestros propios pequeños reinos?

 

Es mejor empezar un nuevo trabajo que comenzar una pelea con un compañero.

Entrégalo, entrégalo a Jesús.